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Claves para entender la economía circular en el agua.

En algunas ciudades españolas las plantas de tratamiento de aguas residuales se están convirtiendo en «biofactorías». La transición de una economía lineal a una circular es imparable. ¿Pero sabemos cuáles son los las oportunidades y los principales obstáculos de esta transformación? Expertos en Economía Circular de la OCDE nos lo explican.

¿Cómo En Centro de Emprendimiento, PYMES, Regiones y Ciudades de la OCDE, trabajamos estrechamente con gobiernos locales y otras partes interesadas para apoyar la transición de una economía lineal a una circular, analizando las oportunidades y principales obstáculos. Se trata de un tema de gran importancia, teniendo en cuenta que el crecimiento demográfico, la urbanización y el cambio climático afectan inevitablemente a la disponibilidad y la calidad de los recursos naturales, incluyendo el agua. De hecho, se espera que para 2050 la demanda global de agua se haya incrementado en un 55 %, al igual que también se esperan aumentos en la demanda de energía y alimentos. Las prácticas de economía circular en el sector del agua ayudarán tanto a mejorar el medio ambiente como a la creación de nuevas oportunidades de negocio.

La gestión del agua es un elemento clave en cuanto a la eficiencia de la gestión de recursos y juega un papel esencial como elemento trasversal en todos los sectores. En  lo referente a la economía circular en las ciudades, el agua es un portador de nutrientes, productos químicos y minerales, y también una fuente de energía. Esto implica que la gestión del agua en ciudades no solamente se limite a la prestación de un servicio, sino también al mantenimiento de los recursos en uso y a la mejora del capital natural.

Todos estos aspectos han sido debatidos en Granada y Valladolid (España), dos ciudades que participan activamente en los casos prácticos del Programa de la OCDE sobre Economía y Gobernanza de la Economía Circular en Ciudades y Regiones. Contando con la ayuda de expertos, revisores de otras ciudades y la colaboración de las partes interesadas, esta iniciativa tiene como objetivo elaborar una estrategia de economía circular en el futuro en ambas ciudades.

Por ejemplo, en Granada, se ha trasformado el concepto de planta de tratamiento de aguas residuales en una biofábrica. Concretamente, esta iniciativa contempla la reducción del consumo de materiales para reutilizar el agua con el fin de recuperar materiales (celulosa, etc.); 0% de los residuos en los vertederos y producción de energía verde para la planta. A partir de aquí, la ciudad de Granada busca desarrollar una visión circular de la ciudad, y dicha visión estará inevitablemente ligada a las dos grandes fortalezas que caracterizan a la ciudad: la cultura y la ciencia. En cuanto a la ciudad de Valladolid, ésta actúa como facilitadora a través de un sistema de subvenciones municipales para proyectos de economía circular. Los beneficiarios de estas ayudas han sido empresas privadas, asociaciones de empresas privadas, entidades sin ánimo de lucro y centros de investigación, con domicilio fiscal, domicilio social o centro de actividades en la ciudad de Valladolid. En 2017 se seleccionaron proyectos, que abarcaban ámbitos, como los residuos, el agua, la participación ciudadana, la economía, la alimentación o la energía.

Los siguientes mensajes preliminares pueden ser divulgados en relación con la economía circular:

  1. La tecnología necesaria para fomentar el uso de agua reutilizada se encuentra disponible, pero es necesario un replanteamiento de los modelos de gobernanza: esto incluye la normativa, los incentivos financieros y los nuevos conocimientos y capacidades a fomentar, así como los modelos económicos y empresariales para conseguir un cambio de comportamiento en las pautas de producción y consumo. El potencial de la economía circular puede explotarse si se dan las condiciones económicas y de gobernanza necesarias.
  2. Las ciudades tienen que tener en cuenta que la economía circular responde a tres principios: es transformativa, dado que requiere de un replanteamiento de los modelos de negocios y la provisión de servicios; sistémica, porque el enfoque es holístico (no solamente centrada en el agua, sino también en otros sectores como residuos, energía, construcción); y funcional, en cuanto a que se desarrolla entre las ciudades y su entorno, por ejemplo, teniendo en cuenta los flujos de recursos dentro de un contexto urbano y rural.
  3. La economía circular no es un fin en sí misma sino un medio para lograr una mejor situación medioambiental, económico y social. Por otro lado, tampoco se trata de un concepto nuevo, sino de un nuevo vector para apoyar la sostenibilidad, y que se basa en la búsqueda de nuevas colaboraciones y de sinergias entre distintos sectores económicos, así como de políticas sectoriales.

El programa de la OCDE contempla tres dimensiones principales para apoyar a las ciudades y regiones en la transición desde una economía linear a una economía circular:

  • Medición: Basándose en el principio de que no se puede mejorar lo que no se puede medir, los responsables políticos necesitan disponer de datos e información sólida a partir de los cuales tomar decisiones. Por tanto, el proyecto construirá un marco de indicadores para guiar la toma de decisiones y mejorar las políticas;
  • Aprendizaje: No existe una única solución que sirva a todas las ciudades, pero existen iniciativas y buenas prácticas que pueden ser de gran utilidad. En este sentido, el aprendizaje es clave. El proyecto ofrece un diagnóstico de los retos pendientes para la implementación de las estrategias de economía circular y recomendaciones adaptadas al contexto de cada ciudad;
  • Intercambio: Compartiendo las visiones y las acciones para crear consenso a varios niveles de gobierno. El proyecto permitirá a los funcionarios y responsables políticos de la ciudad interactuar e intercambiar directamente con los responsables políticos de otras ciudades y países.

Autores:

Oriana Romano, Coordinadora del Programa de Ciudades y Economía Circular (Centro para el Emprendimiento, las PYME, las Regiones y las Ciudades de la OCDE)

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